GEORGES BRASSENS, TROVADOR ETERNO
por Eduardo Peralta
En mi opinión, Georges Brassens (1921-1981) es el más grande trovador que ha tenido la humanidad, y a través de estas palabras intentaré probarlo, o a lo menos, dejar una vez más estampada mi profunda admiración por este francés nacido poco después de terminada la Primera Guerra (que él mismo ensalzaría irónicamente) en un pequeño pueblo del Mar Mediterráneo, Sète, cuna de otro gran poeta: Paul Valéry.
Brassens no tuvo éxito precoz. A sus treinta años luchaba contra su timidez, guitarreando en los cabarets de París, transpirando a chorros, y deseando que un día algún intérprete famoso le hiciera el favor de cantar sus historias disparatadas, humorísticas, anti-sistema, pero por sobre todo construidas con maestría de orfebre, y profundamente poéticas.
A comienzo de los cincuenta, la cantante Patachou (que tenía por costumbre cortar las corbatas de los espectadores que no coreaban los refranes de sus temas) invitó al "Oso" a tocar la guitarra y cantar a su cabaret de la Place du Tertre, en el barrio de Montmartre. Brassens hizo lo que pudo, cantó y sudó, pero esta vez un periodista de Paris Match estaba presente, y escribió un artículo más que admirativo, casi reverencial, a propósito del nuevo trovador, tan incómodo en el escenario, tan poco complaciente con el público, tan tímido y sin embargo tan impresionante-mente talentoso.
De ahí en adelante, comenzó una de las carreras más exitosas y particulares del Music Hall francés. Georges Brassens empezó a llenar los teatros temporada tras temporada, grabó sus canciones inconformistas y tiernas, vendió millones de discos, recorrió Francia entera y todos los países francófonos y se convirtió en un mito viviente.
POETA DE LA CANCIÓN
Dueño de un sentido de la armonía pocas veces visto en la historia de la Canción, Brassens lograba encontrar las melodías justas para los versos propios y ajenos. Fue un gran difusor de la Poesía Francesa, a través de sus canciones. Con talento, musicalizó a Verlaine, Lamartine, Víctor Hugo, Paul Fort y varios más.
En todo caso, la gran herencia de Brassens es el bello florilegio de canciones, de cuño propio, en que la poesía y la música logran sus cartas de nobleza. Merced a su virtud de orfebre de la canción, es el único trovador que obtuvo, en el año 1967, el Gran Premio de Poesía de la Academia Francesa, lo que provocó un escándalo de vítores y abucheos en el mundillo literario de la época.
Y, claro, Brassens no estuvo libre de las polémicas. Su anarquismo de los comienzos (que lo hizo pelearse hasta con la propia Liga) marcó muchas de sus canciones, en que se burlaba (con argumentos filosóficos, además) del clero, de la policía, del nacionalismo, etc., motivando que algunas de sus canciones fueran barridas de las radios a principios de los cincuenta.
Para mí, esta vertiente de Brassens tiene una explicación histórica: el Sur de Francia tuvo una Edad Media convulsa, cuyo episodio más impactante fue la Cruzada contra los albigenses, herejes que influyeron incluso en las Cortes de Toulouse. En la misma época se manifestaba, en forma floreciente, el fenómeno de los "Troubadours", en esa misma zona. Muchos de esos cantores tuvieron que huir del Languedoc hacia otros países, influyendo por ejemplo en Cataluña, Galicia e Italia. Brassens, a mi modo de ver, tiene algo de esos dos personajes medievales de su tierra natal: el trovador y el hereje. De esta mezcla, tal vez, viene su incansable preocupación por el oficio, la rima, en fin, y su temática muchas veces iconoclasta, inconformista e independiente.
TROVADOR DE EUROPA Y DEL MUNDO
Georges Brassens ha sido el trovador más interpretado, no sólo en Francia, sino en toda Europa, y en muchos países de otros continentes. En el número especial de la revista Le Amis de Georges (noviembre, 1995), que fue llamado "Les iterprètes de Georges Brassens", se consignan nada menos que 460 intérpretes de las canciones del gran trovador de Sète, entre franceses y extranjeros, tomando en cuenta los cantores, los músicos y las orquestas "que cantan o tocan los temas de Georges Brassens".
También aparecen los idiomas a los que han sido vertidas las chansons de este trovador universal -cerca de 30-, entre los cuales están el japonés, el hebreo, el sueco, el español, el catalán, el flamenco, el ruso, el firlandés, el vasco, el inglés, el provenzal, el italiano ¡y hasta el esperanto!
Yo tengo la suerte de escribirme con varios de los traductores de Brassens, como el ruso Alexandre Avanessov y el austríaco Peter Blaikner. Hemos intercambiado nuestras respectivas versiones, y siempre nos estamos enviando los Programas, noticias, grabaciones sobre Brassens. El idioma que nos escribimos, obviamente, es el francés.
Últimamente, Brassens fue grabado por el excelente rockero francés Renuard, lo que nos muestra que a quince años de su muerte, sigue vivo y presente en el corazón de su pueblo, en el cual ha dejado una huella indeleble, la que dejan esos artistas universales que se ven sólo cada varias décadas.
* Publicado en Revista Literaria Rayentru Nº14 - marzo de 1999
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